Normalmente, en A.A. no existen preceptos de carácter obligatorios y nadie vigila a nadie para cerciorarse de si está bebiendo o no. La respuesta a esta pregunta es que si un individuo es alcohólico no puede arriesgarse a tomar alcohol en forma alguna. El alcohol no deja de ser alcohol, aunque esté en forma de martini, un whisky con soda, un brandy con agua, una copa de champán o un vaso de cerveza. Para un alcohólico, una bebida alcohólica, en cualquier forma, puede ser demasiado, y veinte tragos no puedan ser suficientes.
Para asegurar su sobriedad, el alcohólico debe abstenerse totalmente del alcohol, sin que para nada importe la cantidad y sin que influya la mezcla o el grado de concentración que se crea capaz de soportar.
Claro que son muy pocos los que puedan emborracharse con solo una o dos botellas de cerveza. El alcohólico lo sabe tan bien como otro cualquiera. Puede hasta convencerse de que solo va a tomar dos tragos durante todo el día. En algunas ocasiones puede llevar ese programa durante días y semanas. Pero, normalmente, llega a la decisión de que ya está bebiendo más vale hacer las cosas bien hechas, y va aumentando la cantidad de vino o cerveza, o se pasa a un licor más fuerte y, antes de darse cuenta, vuelve a estar donde había empezado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario