El alcoholismos es un factor que frecuentemente complica la vida en familia, empeorando los pequeños disgustos, sacando a relucir los defectos de carácter y acarreando problemas de dinero. Cuando buscan la ayuda de A.A. muchas personas se encuentran ya en medio de la peor confusión en cuanto a su familia.
Algunos recién llegados, repentinamente conscientes de su propia contribución al caos, se dedican con fervoroso entusiasmo a corregir sus defectos y arreglar su vida normal con la familia. Otros, con o sin razón para ello, continúan amargados resentidos con los miembros de sus familias.
Casi sin excepción, los recién llegado que aplican con sinceridad el programa de A.A. logran enmendar la confusión. Los lazos que unen al alcohólico honrado con su familia parecen adquirir más consistencia que antes. En algunas ocasiones, naturalmente, el daño ha sido irreparable y se necesita dar un enfoque completamente nuevo a la vida familiar. Pero generalmente, la historia suele tener un desenlace feliz.
La experiencia parece indicar que el alcohólico que se dirige a A.A. solo para estar bien con su familia, no porque sinceramente desea dejar de beber, puede tener muchas dificultades para lograr la sobriedad. siempre debe venir primero el deseo sincero de dejar la bebida. Una vez lograda la sobriedad, el alcohólico encontrará que muchos de los problemas que más le acosan en su vida cotidiana pueden ser enfocados de una manera realista, y con probabilidad de ser resueltos.
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