A.A. no es una comunidad religiosa, porque a sus miembros no se les exige ninguna creencia religiosa como condición para su ingreso. A pesar de que la Comunidad ha recibido la aprobación y el respaldo de muchos clérigos, no está aliada a ninguna asociación o secta. Entre sus miembros se incluyen católicos, protestantes, judíos, practicamente de otras religiones, así como también ateos y agnósticos.
El Programa de recuperación de A.A. tiene indudablemente como base la aceptación de ciertos valores espirituales. Cada miembro como individuo, puede interpretar libremente esos valores como mejor le plazca, o ni siquiera, pensar en ellos, si así lo desea.
Antes de dirigirse a A.A., el alcohólico en activo ha llegado al convencimiento de que no puede controlar la bebida. El alcohol se ha convertido para él en algo superior a sus fuerzas y la Comunidad lo acepta con esas condiciones, A.A. sugiere que para lograr y conservar su sobriedad, el alcohólico a de aceptar que existe otro poder superior así mismo, del cual debe aprender. Algunos prefieren considerar que el grupo mismo, es ese poder superior. Para otros, este poder es Dios, como cada uno lo concibe. Otros dependen de conceptos enteramente distintos del Poder Superior.
Algunos alcohólicos, cuando se dirigen por primera vez a la Comunidad, hacen ciertas salvedades definidas en cuanto aceptar cualquier idea de la existencia de un poder superior a ellos. La experiencia ha demostrado que, si consideran las cosas en forma imparcial y continúan asistiendo a las reuniones del grupo, seguramente encontrarán una solución aceptable a este problema, que es netamente personal.
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