Esta pregunta la hacen generalmente las personas que, al parecer, tienen muy buenas razones para no querer exponerse a que sus vecinos los identifiquen como alcohólicos. Puede ser, por ejemplo, tengan patrones totalmente ignorantes del programa de A.A. y posiblemente hostiles hacia cualquiera que admita que tiene un problema con la bebida. Puede ser que deseen integrarse en A.A. porque ven que allí la manera de adquirir y conservar la sobriedad. Pero puede que no se atrevan a unirse a un grupo de su localidad.
La respuesta a esa pregunta que cualquiera pueda formar parte de un grupo de A.A. donde quiera que lo desee hacer. Naturalmente, es más cómodo pertenecer al grupo que quede más cercano. También parece que esta es la manera más franca de atajar el problema individual. La persona que se dirige a A.A. en busca de ayuda es, generalmente, pero no siempre, bien conocida como un borracho. Indudablemente, la buena noticia de su sobriedad tiene que extenderse. Muy pocos patrones o vecinos pueden considerar objetable la fuente de sobriedad de su empleado o amigo, bien sea que se trate de un grupo local o de uno situado a cincuenta kilómetros de distancia.
En nuestros días, pocas personas corren peligro de perder el empleo o los amigos simplemente por permanecer sobrias. Si hemos de tomar la experiencia de muchos miles de a.as. como guía digna de confianza, lo mejor que puede hacer el recién llegado es buscar la ayuda del grupo más cercano, antes de empezar a preocuparse por la reacción de los demás.
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